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Un fracaso y un éxito en Quoters: Cuando aprendimos a base de tortasCuando nos propusieron escribir este post sobre éxitos y fracasos, nos reunimos todo el equipo e hicimos un proceso de análisis de estos ocho meses de vida que tenemos.
Bueno, ocho meses de cara al público porque el proyecto comenzó hace dos años cuando todavía no teníamos oficina, no había equipo y mi hermano Alfonso y yo trabajábamos en pijama desde casa.
Una imagen muy pintoresca y que parece de serie geek , pero totalmente cierta.
Es evidente que a lo largo de todo este tiempo hemos tenido muchos fracasos, bastantes diría yo. Quien diga que su producto o proyecto es bueno a la primera, o miente o no es de fiar.
Quoters surgió como complemento de otro proyecto en el que trabajábamos y que nada tenía que ver con hacer presupuestos.
Por las características de ese proyecto, nuestro software no cuajó demasiado. Así que Quoters, que en un principio se llamaba Quotes, se desechó y nos fuimos por donde vinimos con nuestro programa debajo del brazo.
Vimos que fuera de ese proyecto, Quoters tenía futuro. En España no existían herramientas de presupuestación online, vimos nicho de mercado y decidimos seguir desarrollando la aplicación.
Sí, pensamos que con nuestro primer prototipo diseñado en Material Design íbamos a comernos el mundo —a.k.a. Valladolid—. Y llegó el ¡ Zas, en toda la boca!
Con la primera versión, intentamos que nuestro círculo más cercano lo usase pero no tuvimos éxito. El producto no era atractivo, no teníamos identidad y el cliente no se identificaba con nosotros.
Quoters era feo, no lo voy a negar. No tenía gancho.
Para que tu producto venda la materia prima tiene que ser buena, es decir, que la base sea sólida, que la maquinaria sea escalable y que realmente solucione problemas.
Pero por muy bueno que sea tu programa, si no llama la atención, si no vende, te lo acabas comiendo con patatas.
Este primer gran “No” nos hizo replantearnos muchas funcionalidades del programa y por supuesto, también su usabilidad. Por no hablar del diseño.
Si de verdad queríamos sacar Quoters al mercado, íbamos a necesitar dar un paso más. Así que nos plantamos en una agencia de branding y diseño. Y nos volvimos locos.
¿Canvas? ¿Plan de marketing? ¿Buyer persona? ¡No teníamos ni idea qué era todo eso!
Sin duda, durante el año que duró el proceso de creación de marca, aprendimos muchísimo. No sólo a nivel de marketing y ventas, sino en la propia creación y constitución de la empresa.
Porque ser emprendedor, como sabréis, no es “moco de pavo”. Papeles, vueltas, y más papeles. Y luego más vueltas.
En este poco tiempo que llevamos en el mercado, hemos tenido muchas recompensas.
Para ser sincero, hemos tenido una gran acogida por parte de los usuarios —esta vez sí—. De hecho, mucha más de la que nos esperábamos.
Ver que personas anónimas se registran a diario en tu programa te da un subidón de adrenalina brutal. Piensas: “¿En serio? ¿De verdad se están registrando de forma voluntaria, sin haberles pedido por favorcito que se metan y lo prueben?”. De locos.
Tenemos muchas cosas que mejorar, lo sabemos. Quedan muchos aspectos por pulir y muchas funcionalidades que implementar.
Para empezar, este año nos centraremos en mejorar el sistema de diseño del presupuesto y en integrarnos con otras herramientas de gestión de empresa para facilitar esta tarea a los usuarios.
Sin duda un gran año por delante en el que mejoraremos día a día.